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Maíra Meyer

Maira Meyer Terapeuta Gestalt.jpg

Formación en Trabajo con Sueños (2024-2025)

Gestalt Dimensions

Con Jaume Cardona

Formación en Teatro Terapéutico (2023-2025)

Escola Gestalt de Calalunya

Con Fernanda Cuyás, Anna Nin, Claret Papiol, Faust Espejel, Charo Armengol y Marc Vilavella.

Formación en Terapia Gestalt (2019-2023)

Gestalt Barcelona

Con Jaume Cardona, Raquel Casals, José Luis Pérez, Luís Carbajal, Cherif Chalakani, Natatxa Molina, Antonio Gómez, Guillermo Pérez, Carme Prat, Anna Hugas, Teresa Barbena y Joan Gómez.

Formación en Guión de Cine (2005-2006)

Escuela de teoria y critica cinematográfica Observatorio de Cine

Con Diego Sabanés

Experiencia en Teatro y Performance

O retrato mais que óbvio daquilo que nao vemos (2015) - Coletivo Pi - Sao Paulo/Brasil

- Lampiao (2005) - Pé D´Agua - Barcelona/España

- Zona Contaminada (2000) - Kumesso - Sao Paulo/Brasil

- Comedias da vida (1999) - Kumesso - Sao Paulo/Brasil

Más de 10 años de proceso psicoterapéutico personal en los abordajes: arteterapia, hipnoterapia, cognitivo conductual, junguiano, reichiano, Gestalt, Internal family Systems y EMDR.

¿Alguna vez te has descubierto en un lugar que no reconoces, siguiendo un mapa que parece haber sido dibujado para otra persona? Yo he estado ahí. Hasta que un día comprendí que todos los caminos que había transitado —aparentemente tan dispares entre sí— estaban formando un mapa mucho más grande y significativo del que podía imaginar.

A los 14 años, mientras mis amigas tapizaban sus paredes con pósters de sus ídolos musicales y hablaban de películas románticas, yo me sumergía en los fascinantes laberintos de Jung y sus arquetipos y el inconsciente colectivo. Quizás un poco peculiar para una adolescente, lo sé, pero esa curiosidad por entender los patrones humanos, esa necesidad de mapear el territorio invisible de nuestro interior, jamás me abandonó.

Durante más de 20 años, navegué por el fascinante mundo del turismo desde una perspectiva profundamente analítica. Me sumergía en océanos de datos, descifraba tendencias de viaje como quien lee un idioma secreto, y elaboraba estrategias de marketing que conectaban destinos con los anhelos más profundos de los viajeros. Realizaba estudios de viabilidad económica que, en papel, decidían el futuro de nuevos emprendimientos, y analizaba métricas de competitividad entre destinos turísticos.

Pero mientras todos a mi alrededor veían simplemente números, gráficos y proyecciones de rentabilidad, yo veía algo completamente diferente: historias humanas disfrazadas de estadísticas. Detrás de cada dato había una persona buscando algo.

Y mientras descifraba estos patrones en mi vida profesional, en mi vida personal mi curiosidad me llevaba por senderos igual de fascinantes. Mi amor por las historias y el cine me empujó a estudiar guion, donde descubrí que toda gran narrativa es, en esencia, un viaje de transformación. Las mejores historias no son sobre llegar a un destino físico, sino sobre el regreso metafórico a casa – a una versión más auténtica, más integrada de una/o misma/o.

Fue sobre un escenario, interpretando a personajes aparentemente tan distintos a mí, donde tuve una de esas revelaciones que te sacuden hasta los cimientos: al transformarme temporalmente en otra persona, estaba descubriendo partes de mí misma que habían estado escondidas.

Mientras tanto, mi curiosidad me llevó a experimentar casi toda forma de terapia que encontré en mi camino: arteterapia, hipnoterapia, terapia cognitivo-conductual, psicología junguiana, terapia reichiana, Gestalt, Internal Family Systems, EMDR. Cada aproximación me regalaba piezas valiosas de un rompecabezas que aún no sabía que estaba armando.

Pero fue la terapia Gestalt la que realmente me tocó profundamente. ¿Sabes cuando sientes que algo hace "clic" y de repente todo encaja? Su invitación radical a estar plenamente presente en el aquí y ahora, integrando cuerpo, mente y emociones en un todo coherente y vivo resonó tanto conmigo que me inspiró a formarme como terapeuta para compartir esta maravillosa manera de reconectar con una/o misma/o.

Lo más interesante de mi recorrido es cómo todas estas experiencias aparentemente dispares—el análisis estratégico, el teatro, mis procesos terapéuticos—comenzaron a entrelazarse de formas sorprendentes e inesperadas.

Toda mi vida había estado estudiando mapas diferentes. Primero mapas físicos de ciudades y países, luego mapas emocionales de experiencias humanas, y finalmente mapas narrativos de transformación personal. Esta experiencia me ha permitido ganar la habilidad de saber que preguntas hacer cuando alguien está intentando encontrar el camino de vuelta a sí misma/o.

No soy quien tiene todas las respuestas (¿quién las tiene, realmente?). Soy quien ha recorrido suficientes senderos como para reconocer las señales en el camino.

Cuando trabajamos junta/os, no vengo solo con mi formación técnica en Gestalt, teatro terapéutico y trabajo con sueños, pero también con esa mente analítica que puede ver patrones donde otros ven caos.

Traigo esa comprensión narrativa que reconoce en qué capítulo de tu historia estás y qué giros podrían estar esperándote a la vuelta de la esquina. Y sobre todo, traigo un corazón que ha recorrido sus propios laberintos, que se ha perdido más de una vez, y que conoce tanto la desorientación del extravío como la dulce sensación de reencontrar el camino.

Como tu copilota, a veces sostendré la linterna cuando el sendero se oscurezca. Otras veces, desplegaré el mapa cuando la ruta parezca confusa, ayudándote a ubicar dónde estás ahora en relación a dónde has estado y hacia dónde quieres ir. Y habrá momentos en que simplemente estaré ahí, en silencio respetuoso, mientras procesas el paisaje que atraviesas – porque algunas vistas necesitan ser contempladas en silencio para ser realmente apreciadas.

Si algo he aprendido en este recorrido, es que cada camino hacia el bienestar es tan único como la persona que lo transita. No hay fórmulas mágicas ni soluciones universales. Lo que sí puedo ofrecerte es un espacio donde te sientas verdaderamente visto/a, donde tus sueños (tanto los nocturnos como los que dan sentido a tu vida) sean escuchados con respeto y curiosidad.

Un espacio donde, quizás por primera vez, puedas reconectar con esa sabiduría interior que siempre ha estado ahí, esperando pacientemente a que la escuches.

Mi compromiso contigo es seguir cultivando mi propia autenticidad mientras te acompaño en tu camino. Porque creo profundamente que los mejores copilotos no son quienes nunca se pierden, sino quienes conocen lo que se siente estar perdido y seguir adelante de todos modos. Los que han pasado por la oscuridad del bosque y pueden decirte, desde su propia experiencia: "Sí, a veces da miedo, pero hay estrellas asombrosas que solo se ven cuando está realmente oscuro."

¿Estás listo/a para comenzar este viaje junta/os?

Mi VIAJE

En este fascinante viaje de autodescubrimiento, cada paso me acercó más a mi verdadero yo. Me di cuenta de que la niña que fui ha renunciado a su autenticidad para tratar de complacer y no decepcionar a aquellos a quien amaba y de quienes dependía para sobrevivir. Me convertí en un camaleón, cambiando de colores y formas para encajar en mi entorno. Sin embargo, al hacerlo, me defraudé a mí misma. Me centré demasiado en cumplir las expectativas de los demás para evitar que me abandonaran, pero al hacerlo, abandoné mis propias necesidades y deseos.

Sin embargo, ahora he llegado a un punto en el que ya no siento tanta necesidad de demostrar mi valía para obtener la aprobación de los demás, porque reconozco que hice lo mejor que he pude con los recursos de que disponía. Siento que poco a poco me estoy volviendo más auténtica en mis acciones y expresiones, porque entendí que solo me siento realmente vista, validada, aceptada, admirada o amada cuando consigo mostrar mi verdadero yo, sin vergüenza de mis imperfecciones. Es difícil, porque desde ahí me siento vulnerable y susceptible al rechazo. Pero no importa lo mucho que intente fingir que soy perfecta porque es imposible gustar a todo el mundo.

También entendí que las expectativas son parte de mi naturaleza humana, pero que nadie está obligado a cumplir mis deseos, sobre todo si yo no los comunico con claridad. Me doy cuenta de que cada día me arriesgo más a soltar el control, porque aprendí que los cambios son inevitables, y preocuparme demasiado por predecir y controlar situaciones futuras indica una falta de confianza en mis propias capacidades para afrontarlas. Por lo tanto, estoy trabajando para mejorar mi capacidad de diferenciar entre lo que puedo controlar y lo que no, de modo que pueda utilizar mi energía de forma más eficaz y evitar malgastarla luchando contra cosas que están fuera de mi control.

Mi dedicación al autoconocimiento se hizo aún más significativa cuando he podido aplicar mis conocimientos a mi propia experiencia corporal, lo que me ha llevado a sentirme lo suficientemente segura como para sacar a la luz mis emociones y necesidades que había guardado y olvidado.

Hoy veo las emociones como mensajeros portadores de información sobre mis necesidades y sé que la única forma de dejar de sentirlas es dejar que hagan su trabajo y escuchar lo que vienen a decirme. También entendí que es imposible evitar el dolor sin privarme también del placer. Para no sentir miedo, tristeza o ira, tengo que desconectar mi cuerpo y mi mente de mis emociones, así que tampoco podré sentir alegría.

Darme cuenta de todas las heridas que he sufrido ha sido una experiencia dolorosa para mí. Sin embargo, he llegado a comprender que no es necesario perdonar para dejar de sufrir. La clave está en reconocer que el pasado no puede cambiarse y poner fin al ciclo de revivir las mismas situaciones con la esperanza de un resultado diferente.

A través de este proceso profundamente personal, he llegado a comprender que la clave para convertirme en un adulto sano es satisfacer mis necesidades abiertas desde la infancia una a una, hasta que solo queden las necesidades del presente momento.

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